domingo, abril 17, 2005

Antonio Gamoneda (I)

Supe de Gamoneda en un taller de poesía con Luisa Castro. No creo que ella pretendiera enseñarnos a escribir poemas, ni nosotros aprenderlos. Su mejor enseñanza fue que el poeta debe ser sincero y desnudarse ante los hombres. Lo expresó con su experiencia y con las palabras de Saint-John Perse:

Y el Poeta también está con nosotros, sobre la calzada de los hombres de su tiempo.
Yendo al tren de nuestro tiempo, yendo al tren de este gran viento.
Su ocupación entre nosotros: poner en claro los mensajes. Y la respuesta en él dada por iluminación del corazón.


El Poeta de Perse es sensible a un mensaje apenas audible para el resto. No es una situación de privilegio, sino el dolor de escuchar todos los sonidos, la necesidad de recoger las sensaciones y volcarlas en sus versos. Lo imagino entre hombres que caminan, herido por la necesidad de expresarse.

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