Tenía once años cuando leí este libro por primera vez. Por aquel entonces ya quería ser escritora, pero sentía demasiado respeto hacia los grandes autores como para intentarlo.
El libro narra la espera (autobiográfica, según la contraportada) de un joven que ha mandado una novela a un concurso literario.
Once años después, las hojas están amarillas, y soy yo quien aguarda una oportunidad. Muchos autores consagrados se quejan de la cantidad de libros publicados cada año; otros animan a los jóvenes a luchar por la escritura si esa es su verdadera vocación. Tal vez haya demasiados libros, demasiados aspirantes; pero nadie puede negarnos la esperanza, siempre que esté motivada por el amor a las letras y no por la búsqueda del éxito.
miércoles, marzo 02, 2005
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